En la actualidad, la preocupación por el medio ambiente y la necesidad de reducir la dependencia de los combustibles fósiles ha aumentado la demanda de energías renovables. Pero, ¿qué son las energías renovables y cómo se diferencian de las energías no renovables?

Las energías renovables son aquellas que provienen de fuentes naturales como el sol, el viento, el agua y la biomasa. Estas fuentes de energía son inagotables y su impacto en el medio ambiente es mucho menor que el de las energías no renovables.

Por otro lado, las energías no renovables provienen de fuentes que se agotan con el tiempo, como el petróleo, el gas natural y el carbón y son responsables de la emisión de grandes cantidades de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O). 

Según la Agencia Internacional de Energía, la generación de energía a partir de combustibles fósiles representó el 73% de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo en 2020 (https://www.iea.org/fuels-and-technologies/electricity). En particular, el carbón es el combustible fósil más contaminante, emitiendo más CO2 por unidad de energía producida que el petróleo o el gas natural.

Además del impacto ambiental, también existe una diferencia significativa en los costos entre las renovables y no renovables. Si bien la inversión inicial en las renovables puede ser alta, los costos operativos son menores que los de las no renovables a largo plazo. Según la Agencia Internacional de Energía, los costos de generación de energía solar y eólica han disminuido significativamente en los últimos años, mientras que los costos de la energía de combustibles fósiles han aumentado.

Por otro lado, la inversión en energías renovables ha aumentado significativamente en los últimos años. Según el informe de la Agencia Internacional de Energía de 2021, esta generación representó el 29% de la producción mundial de electricidad en 2020. Además, la capacidad instalada ha aumentado un 45% en los últimos cinco años.

Los organismos internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas y la Agencia Internacional de Energía, han establecido objetivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero su fomentar el uso . La transición hacia un sistema energético más limpio y renovable es esencial para proteger nuestro planeta y garantizar un futuro sostenible.