El crecimiento de la energía solar en México ha sido exponencial en los últimos años, convirtiéndose en una de las principales fuentes de energía renovable del país. Según información de la Secretaría de Energía (SENER), en 2021 la capacidad instalada de energía solar en México alcanzó los 5,566 MW, lo que representa un crecimiento del 8% respecto al año anterior.

Este crecimiento ha sido impulsado por diversas políticas públicas enfocadas en el desarrollo de energías limpias. En 2015, el gobierno mexicano estableció la meta de generar el 35% de la electricidad a partir de fuentes renovables para el año 2024, y en 2019 se aprobó una reforma energética que fomenta la generación distribuida de energía solar.

Además, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) ha implementado mecanismos para fomentar la participación del sector privado en la generación de energía solar. En 2021, se llevó a cabo una subasta eléctrica en la que se adjudicaron contratos para la construcción de proyectos de energía renovable, incluyendo proyectos solares por un total de 3,431 MW.

En cuanto a la generación distribuida de energía solar, la CRE informó que a finales de 2020 se habían instalado cerca de 71,000 sistemas solares en hogares y empresas en todo el país. Esto representa un crecimiento del 78% respecto al año anterior.

La CFE también ha reconocido el potencial de la energía solar en México y ha implementado proyectos solares a gran escala. En 2020, se inauguró la Central de Ciclo Combinado Norte III, la cual cuenta con una planta de energía solar de 350 MW, convirtiéndose en la planta solar más grande de América Latina.

El crecimiento de la energía solar en México no solo tiene beneficios para el medio ambiente, sino que también puede generar empleos y contribuir al desarrollo económico del país. Según la SENER, se estima que el sector de energías renovables podría generar más de 200,000 empleos directos e indirectos para 2024.

El crecimiento en en México ha sido significativo en los últimos años, impulsado por políticas públicas y una mayor participación del sector privado en la generación de energía renovable. Se espera que esta tendencia continúe en el futuro, lo que podría tener beneficios significativos tanto para el medio ambiente como para la economía del país.